lunes, 13 de abril de 2009

Francisco Mina en México

Biografía - Francisco Javier Mina Larrea

Francisco Javier Martín Mina Larrea (Olite, Navarra, España, 6 de julio de 1789 - Sierra de Pénjamo, Pénjamo, Guanajuato, México, 11 de noviembre de 1817). Guerrillero español en la Guerra de la Independencia española y luchador por la Independencia de México.

Tercer hijo de Juan José Mina Espoz y de María Andrés Larrea, familia de labradores acomodados de Otano, pequeña población situada en la falda norte de la sierra de Alaiz, en las proximidades de Monreal e Idocin. Estudió latín, matemáticas y humanidades en el Seminario de Pamplona, donde hizo amistad con el coronel retirado Juan Carlos de Aréizaga, quien le aconsejaba y daba su interpretación de la marcha de las guerras europeas. De ahí surgió su interés por los movimientos de las tropas francesas en la Península Ibérica y fruto de este interés el 9 de febrero de 1808, cuando llegaron noticias a Pamplona de que se aproximaba un contingente francés de unos 2.500 hombres al mando del general D'Armagnac, procedente de Roncesvalles, dedicó todo su tiempo a observar el movimiento de las tropas en compañía de su tío, Francisco Espoz y Mina.

En la Guerra de la Independencia

La toma de la Ciudadela de Pamplona por los franceses se produce el 16 de febrero. Tiene noticias de la toma de ciudadela de Montjuich, de la amenaza sobre San Sebastián, el Motín de Aranjuez y, finalmente, de los sucesos del 2 de mayo de 1808. Todos estos sucesos le incitan a aceptar la invitación que recibe de Aréizaga para incorporarse a los resistentes a la invasión, acudiendo a Goizueta y uniéndose a los mismos. Sus primeras acciones consisten en observar los movimientos de las tropas francesas al otro lado de los Pirineos, obteniendo importante información.

Se traslada a Zaragoza en unión de Aréizaga, donde desempeña labores de información. Estando próximo a Jaca recibe la noticia de que el regimiento navarro del coronel Doyle se había rendido días antes. Casualmente, su tío Francisco Espoz se había alistado en dicho regimiento en febrero de 1809, pero supo que había logrado huir hacia Navarra.

Por indicación de Aréizaga, tras la acción de Alaiz recibió la orden de fomentar el levantamiento de partidas de voluntarios en Navarra. En agosto de 1809, empieza a levantar el que será Cuerpo de voluntarios, conocido desde ese momento bajo el nombre de "Corso Terrestre de Navarra". Sus primeros componentes fueron Félix Sarasa, Ramón Elordio, Lucas Gorriz, su tío Francisco Espoz y otros diez campesinos. Establecieron la base de sus acciones en "El Carrascal", en las cercanías de Pamplona. Los asaltos y emboscadas fueron dando sus frutos, con la toma de prisioneros, bagajes, enseres y dinero, lo que provocó una llegada continua de nuevos voluntarios que en pocas semanas engrosaron el número de componentes del Corso hasta alcanzar la cifra de 200. En Lumbier, tras la toma de ochenta caballos, creó la caballería del Corso.

En octubre de 1809, gran cantidad de navarros querían ¡Irse a Mina!, como sinónimo de abandonar todo e ir a pelear contra los franceses a su lado, comenzando la leyenda. Los franceses, preocupados por el cariz que tomaban las acciones, enviaron al general D'Agoult a combatirlo, teniendo lugar la primera acción en Estella, donde Javier estuvo a punto de caer prisionero de no haber sido porque el estellés Hilario Martixa le ocultó y condujo a campo abierto.

Se reunió con los suyos en la venta de Urbasa. De ahí, camino de Viana tuvo un encuentro con los franceses, perdiendo 18 hombres. En noviembre descansó en Los Arcos, adiestrando al personal de que disponía en aquel momento: 300 hombres de infantería y 100 de caballería. El Corso, por su número, versatilidad y maniobrabilidad, era ya un peligroso adversario para los franceses.

Desde el comienzo de sus acciones, Mina siempre había enviado a sus prisioneros al Depósito de Lérida. Mantenía con ellos una escrupulosa consideración. Sin embargo, la actitud de franceses después de la acción de la Venta de Urbasa dio lugar a que ya nunca más los prisioneros franceses tuvieran garantía alguna de vida en el caso de caer prisioneros ante sus hombres. En dicha acción fue capturado Vicente Carrasco, uno de sus primeros guerrilleros, junto con otros 18 voluntarios más. Los franceses ahorcaron en Pamplona a Carrasco y fusilaron a los otros dieciocho prisioneros.

Poco después, en Tiermas, el Corso y la guerrilla del aragonés Miguel Sarasa emboscaron a una columna francesa de unos 500 hombres que se aproximaba. Este fue el primer combate en campo abierto y siguiendo tácticas de estrategia puramente militar. A partir de ese momento, el Corso no tuvo descanso. Se sucedieron las acciones: Alto de Rocaforte, Caparroso, Los Arcos, Torres, asalto de Tudela. Se adueñó de las rutas de Navarra con el Alto Aragón. Un tiempo después, en diciembre, tras la acción de Tudela, Mina reestructuró el Corso, compuesto ya por 1.200 hombres de infantería y 150 de caballería, que a partir de entonces se llamó "Primero de Voluntarios de Navarra".
La siguiente acción fue la de Mendigorría. Después, el ataque y toma de Sangüesa, desde la que marchó hacia las Cinco Villas, en Aragón.

Napoleón, ante la actividad llevada a cabo por Mina, ordenó al general Harispe -navarro también, pero al servicio de Francia- perseguir y terminar con el voluntariado de Navarra. Mina se enteró, le sorprendió y derrotó en la carretera de Tudela, ocasionándole numerosos muertos y unos 140 prisioneros. Pasó a Monreal, atacando antes a los franceses en Tiebas. Se volvió hacia Tafalla donde sorprendió a la guarnición, haciendo preso al comandante francés y obteniendo gran cantidad de víveres y pertrechos.

Continuó hacia Miranda de Ebro y Sesga. Más tarde, se entrevistó en Lérida con el Conde de Orgaz, regresando en marzo, sin haber alcanzado acuerdos importantes. Días después, con unos 700 hombres, reanudó su actividad desde Ribas, atacó en Egea, luchó en las cercanías de Zuera, tomó un convoy de 40 carros de artillería y varios furgones en Caparroso y asaltó Puente la Reina en un rosario de operaciones de continuo acoso a los franceses.

Mina descansa en Labiano -en las proximidades de Pamplona, cuartel general francés en la zona- desde el 27 de marzo de 1810 con tan sólo 14 hombres. Éste era un lugar peligroso y sin fácil posibilidad de huida en caso de verse atacado. El 29 del mismo mes, una columna al mando de Schmitz le descubre y ordena los movimientos conducentes a atraparlo en el pueblo. Tras una maniobra de distracción para que sus hombres pudieran huir, fue sorprendido mientras se dirigía a las alturas inmediatas. Bloqueado por el voltigeur Thirienne, el gendarme Michel le hirió con el sable en el brazo, siendo hecho preso.

Es llevado a Pamplona, encerrado en la fortaleza y sometido a interrogatorio. Días después es curado de sus heridas. Desde allí, el 3 de abril es conducido a Francia con una escolta de unos 400 soldados, cruzando el río Bidasoa el día 7. Una vez en Bayona, Schmitz le entrega al general Hedouville, quien le encierra en el Castillo Viejo, donde permanecería durante mes y medio. Estando en prisión le llegan noticias relativas a lo que sucede en Navarra, donde su tío Francisco Espoz ha tomado el mando de los voluntarios.

El 19 de mayo sale hacia París, requerido por Napoleón, acompañado solamente por el practicante Hariague, que continuará haciéndole curas en la herida, y el teniente de Gendarmería, Etxegarai. Llegan el 25 de mayo, siendo trasladado a la Torre de Vincennes, donde se dedica a estudiar matemáticas y técnicas militares. El 8 de febrero de 1813 es trasladado a Samur, a donde llegará el siguiente día 10. Allí coincidió en los patios con otros generales españoles prisioneros: Abad, Blake, Camino, Lardizábal, La Roca, Marco de Pont, Miranda, O'Donell, Santa Cruz...

Final de la Guerra: el pronunciamiento
El 1 de abril, tras la toma de París por las tropas de Prusia y de Rusia, se pone en libertad a todos los prisioneros de Estado que había en París, aunque a la fortaleza de Samur la orden de libertad no llega hasta el 14. El 16 de abril de 1814 sale con dirección a Navarra, en cuyo trayecto conoce el lugar donde se hallan los hombres del regimiento Voluntarios de Navarra, en la villa de Lacarra (Francia), ocupados en el bloqueo de San Juan de Pie de Port, con 11.000 hombres de Infantería, Caballería y Artillería al mando del Mariscal de Campo Francisco Espoz y Mina. Su llegada a Lacarra coincide con el fin de la guerra, regresando a España con las tropas a través de Valcarlos y Roncesvalles.
Después de que Fernando VII regresa a España, Javier y su tío Francisco son atacados desde el primer día, a pesar de lo cual Espoz solicita se le conceda a su sobrino el grado de Coronel y el mando del Regimiento Húsares de Navarra en compensación a su brillante expediente y a los cuatro años que pasó prisionero en Francia.

Ambos preparan un pronunciamiento de las tropas con intención de restablecer la Constitución de 1812, pero hay algo que les indica que deben de anticiparse. Así, el sábado 25 de septiembre se lleva a cabo el pronunciamiento, aunque fracasan las operaciones concertadas. Huyen por el Pirineo y se dirigen a Dax (Francia), donde el 4 de octubre se reúnen con el coronel Asura en Ainhice-Mongelos y prosiguen hasta Pau, donde son retenidos y enviados a Burdeos. El día 11 llegan oficiales españoles con intención de llevarse a los retenidos: Espoz, Mina, coronel Asura, capitanes Fidalgo, Tolosana y Linzoáin, tenientes Asura, Erdozáin y Hernández y el capellán Michelena. Gracias a la defensa de los derechos de asilo llevada a cabo por el rey francés, Luis XVIII, quien les traslada a la ciudadela de Blaye, se posibilitó que pudiesen huir del patíbulo.

Ayuda a México

Algún tiempo después Javier pasa a Bayona y desde allí embarca para Inglaterra, donde conoce a fray Servando Teresa de Mier, quien escribía sobre la guerra de Independencia de México, y planea formar una expedición para ayudar a los insurgentes de la Nueva España, invitando a Mier y a otros a dirigirse con él a México. Algunos lores británicos liberales posibilitan la reunión de algo más de 20 oficiales españoles, italianos e ingleses, embarcándose el 15 de mayo de 1816 en Liverpool rumbo a los Estados Unidos. El 30 de junio llegan a Norfolk, Virginia, donde tuvo enormes dificultades para sacar adelante su empresa. Finalmente pudo armar dos embarcaciones, dirigidas por norteamericanos, que mandó adelante, y salió el 27 de septiembre de Baltimore hacia Puerto Príncipe. De ahí partió con su escuadrilla el 23 de octubre, rumbo a la isla de Galveston, a donde arribó el 24 de noviembre de 1816.

Fue a Nueva Orleans y tras algún tiempo se embarcó de nuevo en Galveston, el 16 de marzo de 1817. En la desembocadura del río Bravo del Norte, en donde se detuvo para aprovisionarse de agua, dirigió el 12 de abril una proclama a sus soldados en la que pidió disciplina y respeto a la religión, a las personas y a las propiedades. El 15 de abril desembarca en Soto la Marina, Tamaulipas, en la desembocadura del río Santander, población que toma al estar abandonada. El 25 del mismo mes imprime otra proclama, en una imprenta que llevaba consigo, en la que hizo saber los motivos de su intervención en Nueva España.

El 17 de mayo se presenta en Soto la Marina la fragata de guerra española Sabina, hundiendo uno de los barcos de Mina. Otro barco pudo huir y el tercero quedó embarrancado. Mina sale de su campamento el día 24 con 300 hombres, apoderándose de 700 caballos en la Hacienda del Cojo, y deja la plaza al mando del teniente coronel catalán José Sardá, internándose tierra adentro.
El 3 de junio toma Valle del Maíz; el 15, Peotillos; el 19, Real de Pinos; el 22 se une a una partida insurgente y el 24 entra en el Fuerte del Sombrero, defendido por el insurgente Pedro Moreno. Mientras tanto, en Soto la Marina los soldados que dejó fueron derrotados, siendo aprehendido, entre otros, el padre Mier.
El 1 de agosto se presentó frente al Fuerte del Sombrero el mariscal Pascual Liñán con un poderoso ejército, sitiándolo. Los defensores del fuerte trataron de salir de él varias veces en busca de víveres, pero no lo consiguieron. Mina logró salir el 8 de agosto y fue a auxiliar al Fuerte de los Remedios, donde el padre José Antonio Torres hacía resistir a los realistas.

Luchó en numerosos lugares hasta que, desalentado por la indisciplina de sus tropas, el 12 de octubre llega a Jaujilla, donde estaba la Junta de Gobierno. La Junta le encomienda atacar Guanajuato, pero sus tropas son dispersadas por el enemigo. Mina hizo público un manifiesto afirmando que no combatía la soberanía española en sus territorios de Ultramar, sino la tiranía del rey Fernando VII. No obstante, se nombró general del "Ejército Auxiliador de la República Mexicana" y el 24 de mayo empezó a avanzar hacia el interior del país para unirse a los insurgentes de Pedro Moreno en el Fuerte del Sombrero, al noreste de Guanajuato.

Se refugió con el coronel Pedro Moreno en el rancho de "El Venadito", donde fueron atacados el 27 de octubre de 1817, muriendo Moreno. Mina fue hecho preso y llevado ante el coronel absolutista Orrantia, que al día siguiente entra en Silao con Mina prisionero y la cabeza del coronel Moreno clavada en una lanza. El Virrey fue premiado con el título de conde de Venadito por esta acción.".

Días después, Mina es llevado al destacamento de Pascual Liñán. El 11 de noviembre de 1817 fue conducido por un piquete a la cresta del Cerro del Bellaco o Cerro del Borrego, frente al fuerte de los Remedios, cerca de Pénjamo, donde fue fusilado por los soldados del Batallón de Zaragoza. Sus restos descansan en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.

Pese a su brevedad, la campaña de Mina fue el acto de guerra más importante en el período de la Guerra de Independencia de México, conocido como "Etapa de la Resistencia".

Biografias - Francisco Espoz y Mina

Francisco Espoz y Mina (Idocin, Navarra, 17 de junio de 1781 - Barcelona, 14 de diciembre de 1836). Militar español.

Comenzó su carrera militar en 1808, en plena Guerra de la Independencia, enrolándose en el destacamento del comisionado inglés Doyle y desarrollando su actividad bélica en Jaca (Huesca). Tras la capitulación de Jaca se incorporó, en 1809, en el 'Corso terrestre de Navarra' a las órdenes de su propio sobrino Francisco Javier Mina, Mina el Mozo.

Mina el Mozo fue capturado por los franceses en 1810, siendo entonces nombrado jefe de la partida de guerrilleros que hasta ese momento lideraba su sobrino, consiguiendo unir bajo su mando a todos los grupos guerrilleros que actuaban en Navarra.

Adoptó el segundo apellido de su padre, intentando disfrutar del prestigio que Francisco Javier tenía entre sus hombres. Sobresalió por su habilidad y conocimiento del terreno aunque también por su crueldad. Mandó el cuerpo de ejército de Navarra, siendo conocido en esta época como el Pequeño Rey de Navarra.

Entre 1810 y 1813, con un ejército de casi 3.000 hombres, desarrolló sus ataques e incursiones por Navarra, Aragón, Castilla y Guipúzcoa, sin que los ejércitos franceses pudieran hacerle frente. Ante esta situación, el general francés Honoré Reille intentó paralizarlo con un ejército diez veces superior, sin conseguirlo. Espoz y Mina continuó consiguiendo éxitos guerrilleros en Sangüesa, Arlabón, Tafalla, Sos del Rey Católico, Rocafort, Motrico, Fuenterrabía y Zaragoza. Ante los mismos, la Junta de Regencia le otorgó múltiples condecoraciones, nombrándole sucesivamente coronel, general y mariscal de campo (1812).

Finalizada la guerra en 1814, con la vuelta de Fernando VII, se opuso a la disolución de la guerrilla, colocándose de parte de la causa liberal (que mantendría hasta su muerte). Encabezó una conspiración en Pamplona (1814), en un intento fallido de proclamar la Constitución de 1812. Fracasada la intentona, tuvo que refugiarse en Francia.

En 1816 participó en la Conspiración del Triángulo (una sociedad secreta, al parecer de inspiración masónica, dirigida por Vicente Richard), entre otros junto con Rafael de Riego (1785 - 1823), Juan Díaz Porlier (1788 - 1815) y Luis Lacy y Gautier (1775 - 1817), que tenía como objetivo secuestrar al Rey para obligarle a jurar la Constitución de Cádiz. Este hecho es el antecedente inmediato del alzamiento del coronel Riego en 1820.

Con el triunfo del alzamiento liberal de Riego, en 1820 regresó a Navarra y proclamó la Constitución en Santesteban, siendo nombrado capitán general de Navarra y Cataluña.

Fue comandante general de Galicia (1821) y posteriormente destituido. En 1822, en plena lucha entre absolutistas y liberales durante el Trienio, fue enviado a Cataluña, donde llevó a cabo una campaña que le permitió limpiar la región de partidas realistas en el espacio de seis meses. Arrasó la población de Castellfullit de Riubregós y tomó la población de Seo de Urgel, acciones por las que fue ascendido a Teniente General y condecorado con la Cruz de San Fernando.

Fue uno de los pocos generales que hizo frente a Luis Antonio de Borbón 'Duque de Angulema' (1775 - 1844) cuando entró en España al frente de los "Cien Mil Hijos de San Luis" para restaurar el régimen absolutista de Fernando VII. Tuvo que capitular en noviembre de 1823, huyendo a Inglaterra para instalarse después en París. Desde allí trató de conseguir ayuda del gobierno francés de Luis Felipe I de Orleans para restablecer en España la Constitución liberal.


El 18 de noviembre de 1830 intentó una penetración en el País Vasco, a través de Bayona, contra el régimen de Fernando VII, pero tuvo que volver rápidamente hacia Francia al ver que el país no respondía con el interés necesario. Regresó a España en 1833 favorecido por la amnistía decretada por la reina regente María Cristina de Borbón.


El gobierno monárquico de la regente le reconoció su graduación militar, nombrándole virrey de Navarra (1834-1836) y confiándole el mando supremo de la lucha en el Norte contra los carlistas. Se enfrentó sin éxito a Zumalacárregui, siendo derrotado en las acciones de Larrainzar, Echarri, Ardanaz y Olazagutía. Presentó su dimisión el 13 de abril de 1835.


En octubre de 1835, el gobierno de Mendizábal le nombró capitán general de Cataluña (1835-1836), donde obtuvo algunos éxitos contra los rebrotes carlistas, algunos de ellos teñidos de verdadera crueldad, como cuando mandó fusilar a la madre del militar carlista Ramón Cabrera, hecho que provocó la repulsa general. Tras una breve campaña por Lérida y Tarragona, presentó su dimisión el 1 de abril de 1836.


Murió en Barcelona en 1836 mientras preparaba su salida voluntaria a Francia, siendo enterrado en una suntuosa ceremonia fúnebre. Su viuda (mucho más joven que él), Juana María de la Vega, condesa de Espoz y Mina, fue nombrada ayuda personal de la reina Isabel II durante la Regencia de Espartero y se encargó de mantener vivo el recuerdo de su marido hasta su muerte en 1872. Publicó las memorias de su esposo, tituladas Memorias del General Don Francisco Espoz y Mina.
Está enterrado en un mausoleo situado en el claustro de la catedral de Pamplona.